La saga de Chucky (Child's Play) es un filme que todo mundo conoce. La historia comienza cuando el asesino Charles, es herido de muerte y para escapar transfiere su alma a un muñeco. Este llega a manos de Andy, quien se da cuenta que el muñeco está vivo y quiere vengarse, pero antes tiene que transferir su alma al cuerpo de Andy. Posiblemente todo eso ya lo sepas de memoria, pero en esta ocasión incluiremos el detalle de que Chucky se basa en la existencia de un muñeco real y la historias de terror que se vivió junto a él.
A principios del siglo XX en Florida, Robert Eugene Otto, recibió un muñeco hecho a mano por su cuidadora, una criada de Bahamas, presumible practicante de Vudú. El niño inmediatamente se enamoró del juguete y lo nombró igual que él, por consecuencia el pequeño hizo que todos tomaran su segundo nombre; Eugene.
Al paso del tiempo, se hicieron amigos inseparables, pero fue entonces cuando extraños acontecimientos tuvieron lugar en la casa, cuando Eugene platicaba con Robert, se escuchaban dos tonos de voz distintos y en numerosas ocasiones el niño responsabilizó al muñeco de las travesuras. En un principio nadie le creyó, pero después de varios años de extraños acontecimientos mientras Eugene estudiaba en Francia, decidieron poner a Robert en el ático.
Tras la muerte de sus padres Eugene y volvió a casa, para recuperar el tiempo perdido, le mudó a Robert a una habitación construida para él, y pasaban mucho tiempo juntos, incluso decía que su talento artístico en la pintura se lo debía al muñeco. En esta etapa su esposa, amigos y vecinos afirmaban escuchar y ver a Robert moverse alrededor de la casa. Tras la muerte de Eugene en 1972, Robert volvió al ático y la policía comenzó a recibir reportes de alguien cantaba en aquella casa vacía, incluso reportaron haber visto al muñeco burlase de ellos al pasar, mientras los veía diabólicamente.
Al pasar los años, una nueva familia llegó, con una niña de 10 años, la cual encontró a Robert. Ella dijo que el muñeco estaba vivo y quería matarla y cuando encontraron a la mascota de la familia ahorcada, Robert volvió al ático.
Después la casa se convirtió en un centro histórico y el muñeco, finalmente terminó en una galería de arte y museo histórico en Key West. Los guardias de seguridad y la gente que lo ha visitado reportan que se mueve a pesar de estar encerrado y que se puede escuchar su risa. Además dicen que antes de tomarle una fotografía, se le debe pedir permiso y esperar a que el mueva la cabeza dando su autorización, de lo contrario se puede contraer una maldición. Alrededor de él, se exhiben cartas de individuos "malditos" disculpándose por haberlo fotografiado y pidiendo ser liberados de su hechizo.
Es una historia de terror real, que por mucho supera la ficción, por lo que no estaría de más poder disfrutar de una película fiel a estos detalles.
A principios del siglo XX en Florida, Robert Eugene Otto, recibió un muñeco hecho a mano por su cuidadora, una criada de Bahamas, presumible practicante de Vudú. El niño inmediatamente se enamoró del juguete y lo nombró igual que él, por consecuencia el pequeño hizo que todos tomaran su segundo nombre; Eugene.
Al paso del tiempo, se hicieron amigos inseparables, pero fue entonces cuando extraños acontecimientos tuvieron lugar en la casa, cuando Eugene platicaba con Robert, se escuchaban dos tonos de voz distintos y en numerosas ocasiones el niño responsabilizó al muñeco de las travesuras. En un principio nadie le creyó, pero después de varios años de extraños acontecimientos mientras Eugene estudiaba en Francia, decidieron poner a Robert en el ático.
Tras la muerte de sus padres Eugene y volvió a casa, para recuperar el tiempo perdido, le mudó a Robert a una habitación construida para él, y pasaban mucho tiempo juntos, incluso decía que su talento artístico en la pintura se lo debía al muñeco. En esta etapa su esposa, amigos y vecinos afirmaban escuchar y ver a Robert moverse alrededor de la casa. Tras la muerte de Eugene en 1972, Robert volvió al ático y la policía comenzó a recibir reportes de alguien cantaba en aquella casa vacía, incluso reportaron haber visto al muñeco burlase de ellos al pasar, mientras los veía diabólicamente.
Al pasar los años, una nueva familia llegó, con una niña de 10 años, la cual encontró a Robert. Ella dijo que el muñeco estaba vivo y quería matarla y cuando encontraron a la mascota de la familia ahorcada, Robert volvió al ático.
Después la casa se convirtió en un centro histórico y el muñeco, finalmente terminó en una galería de arte y museo histórico en Key West. Los guardias de seguridad y la gente que lo ha visitado reportan que se mueve a pesar de estar encerrado y que se puede escuchar su risa. Además dicen que antes de tomarle una fotografía, se le debe pedir permiso y esperar a que el mueva la cabeza dando su autorización, de lo contrario se puede contraer una maldición. Alrededor de él, se exhiben cartas de individuos "malditos" disculpándose por haberlo fotografiado y pidiendo ser liberados de su hechizo.
Es una historia de terror real, que por mucho supera la ficción, por lo que no estaría de más poder disfrutar de una película fiel a estos detalles.