Hay varios mitos mexicanos cortos similares. La mula sin cabeza surgió desde que una monja tuvo un encuentro con un sacerdote en la iglesia, y por culpa de ese sacrilegio, fue maldecida por sus pecados. Por eso cada noche que pasa ella se convierte en una mula sin cabeza.
Quienes la han visto aseguran que en vez de cabeza tira llamaradas saliendo desde su cuello, galopando horrible y haciendo chillidos raros parecidos al llanto.
La transformación de mujer en mula pasa de noche, especialmente de jueves a viernes con luna llena, cambiando completamente su genio y manera de ser. Se enfurece a tal punto que no descansa hasta matar a alguien, lo hace chupándoles los ojos, desgarrando sus uñas y dedos hasta agonizar.
La defensa que tienen los habitantes de la zona es que cada vez que vean a la mula sin cabeza deben tirarse al paso boca abajo, sin mostrar los ojos, dientes ni uñas y así evitan ser atacados.
Quienes la han visto aseguran que en vez de cabeza tira llamaradas saliendo desde su cuello, galopando horrible y haciendo chillidos raros parecidos al llanto.
La transformación de mujer en mula pasa de noche, especialmente de jueves a viernes con luna llena, cambiando completamente su genio y manera de ser. Se enfurece a tal punto que no descansa hasta matar a alguien, lo hace chupándoles los ojos, desgarrando sus uñas y dedos hasta agonizar.
La defensa que tienen los habitantes de la zona es que cada vez que vean a la mula sin cabeza deben tirarse al paso boca abajo, sin mostrar los ojos, dientes ni uñas y así evitan ser atacados.