Compramos es casa vieja que siempre nos pareció linda para renovar, era un gran sacrificio, pero al precio que la pusieron, y saber que la podríamos dejar a nuestro gusto, fue algo que nos motivo el dar el paso decisivo de hacer la inversión de nuestra vida.
Como toda casa vieja, tenia un pequeño sótano que utilizaríamos para guardar las cosas que no usábamos, y un ático muy grande, que por una extraña razón, tenia una cadena y un candado muy antiguos y difíciles de abrir.
Como no pensamos meterle mano ni al sótano, ni al ático, nunca nos vino a la mente, el tener que abrir dichos lugares, el sótano solo para almacenar, pero el ático, no teníamos razón, para tener que abrirlo, y así adquirimos el lugar.
Fueron los trabajadores, los que primero se quejaron, de que había animales en el ático, ya que cuando alguno de ellos se quedaba solo, empezaban los ruidos, como si quisiera llamar la atención, a recomendación de ellos, solicitamos un cerrajero, que abriera el lugar, y después a un exterminador de animales indeseables, para que todo volviera a la normalidad.
Llego el día en que al fin tomaríamos posesión de nuestro hogar, todo estaba quedando como queríamos, la ventana que tenia el ático, cuando llegamos, nos dimos cuenta, que ya no tenia el periódico que impedía ver al interior, en su lugar vimos los dos a una mujer, de aspecto antiguo, pero que por razones que aun no comprendo, ninguno de los dos comento.
Los primeros días nada paso, yo un principiante de escritor, pero que ya me ganaba la vida escribiendo en pequeños blogs, quería toda la paz que necesitaba para hacer mi gran novela de suspenso, mi esposa, una gran ama de casa, eramos la pareja ideal.
Pronto las cosas cambiarían, empezaron los lamentos, algo que no estábamos acostumbrados a escuchar, luego las cosas que se movían en el ático, para después empezar a ver sombras en nuestra habitación, lo ultimo que pensamos fue en fantasmas, ya que no creíamos en ellos, pero creemos que perturbamos su tranquilidad, con todo lo que hicimos, así que nos disculpamos, trajimos a un sacerdote y bendigo la casa, algo que quito por completo los espantos, y creemos que ayudamos a la mujer a pasar a un mejor lugar.
Como toda casa vieja, tenia un pequeño sótano que utilizaríamos para guardar las cosas que no usábamos, y un ático muy grande, que por una extraña razón, tenia una cadena y un candado muy antiguos y difíciles de abrir.
Como no pensamos meterle mano ni al sótano, ni al ático, nunca nos vino a la mente, el tener que abrir dichos lugares, el sótano solo para almacenar, pero el ático, no teníamos razón, para tener que abrirlo, y así adquirimos el lugar.
Fueron los trabajadores, los que primero se quejaron, de que había animales en el ático, ya que cuando alguno de ellos se quedaba solo, empezaban los ruidos, como si quisiera llamar la atención, a recomendación de ellos, solicitamos un cerrajero, que abriera el lugar, y después a un exterminador de animales indeseables, para que todo volviera a la normalidad.
Llego el día en que al fin tomaríamos posesión de nuestro hogar, todo estaba quedando como queríamos, la ventana que tenia el ático, cuando llegamos, nos dimos cuenta, que ya no tenia el periódico que impedía ver al interior, en su lugar vimos los dos a una mujer, de aspecto antiguo, pero que por razones que aun no comprendo, ninguno de los dos comento.
Los primeros días nada paso, yo un principiante de escritor, pero que ya me ganaba la vida escribiendo en pequeños blogs, quería toda la paz que necesitaba para hacer mi gran novela de suspenso, mi esposa, una gran ama de casa, eramos la pareja ideal.
Pronto las cosas cambiarían, empezaron los lamentos, algo que no estábamos acostumbrados a escuchar, luego las cosas que se movían en el ático, para después empezar a ver sombras en nuestra habitación, lo ultimo que pensamos fue en fantasmas, ya que no creíamos en ellos, pero creemos que perturbamos su tranquilidad, con todo lo que hicimos, así que nos disculpamos, trajimos a un sacerdote y bendigo la casa, algo que quito por completo los espantos, y creemos que ayudamos a la mujer a pasar a un mejor lugar.